¿Eres de salsa brava o de veganesa?
Las patatas bravas o patatas con salsa brava son una de las tapas más tradicionales de la cultura española. Son económicas, fáciles de preparar y las encuentras en casi cualquier establecimiento.
Pero, por si no te habías dado cuenta, cada bar o restaurante así como cada zona tiene su propia forma de preparar tanto la salsa brava como la tapa en sí.
Lo que tenemos claro es que las patatas se fríen en dados, algo que también tiene su ciencia para que queden perfectas. Si queremos unas patatas crujientes por fuera y tiernas por dentro es necesario freírlas como es debido.
¿Qué patata elegir?
Elegir una buena patata es clave.
Las patatas, según el momento de recogida, si son tempranas o tardías contendrán una cantidad diferente de agua. Las patatas nuevas son de piel fina y son las que más agua tienen, por ello son perfectas para cocer ya que no se rompen. Su sabor es más suave y ligeramente dulce.
Las patatas tardías se recogen hasta 12 meses después de su punto de maduración por lo que la piel se vuelve más gruesa, su contenido en agua disminuye y su sabor se concentra. Tienen un contenido mayor en almidón que las nuevas. Son ideales para cremas, guisos y purés así como para asar.
Las patatas de estación o de temporada son las que podríamos usar para todo. Destaca entre ellas una de las variedades más comunes, la Monalisa.
Para hacer unas buenas patatas fritas, la mejor variedad es la patata Agria. Un tipo de patata tardía que al freír nos dejará unas patatas de color amarillento por dentro y por fuera, con sabor intenso y tiernas por dentro a la vez que crujientes por fuera.
¿Y qué pasa con la salsa brava?
En la salsa brava que acompañará a nuestras patatas es donde más variedad existe.
Lo más extendido sería una salsa con base de tomate ligeramente picante (o muy picante). Pero también podemos encontrar establecimientos en los que se sirven las patatas bravas con una salsa a base de mayonesa. Esta puede saborizarse con especias, añadirle otras salsas, decorar con pimentón o acompañarlas de varias salsas diferentes al mismo tiempo.
Entre tantas variedades, sobre todo según la zona en la que nos encontremos, la principal diferencia más allá de si tienen o no mayonesa (o algo parecido) será si la base de la salsa roja es el tomate o no.
Aunque están muy extendidas por toda la geografía española, parece que el origen de las patatas bravas o patatas con salsa brava proviene de Madrid. Y es ahí donde encontramos una salsa brava de color rojo cuyo ingrediente principal no es el tomate, es más, ni siquiera lo contiene.
Salsa brava tradicional
Para hacer esta salsa brava, tradicionalmente se usa pimentón. Un buen pimentón de La Vera será el responsable del color rojo de la salsa y de su intenso sabor. Para que sean bravas de verdad debería ser pimentón picante o al menos tener una cantidad de este, aunque si no eres fan del picante y quieres disfrutar de unas patatas bravas puedes usar sólo pimentón dulce.
La elaboración de la salsa es sencilla, se le puede añadir ajo o cebolla para tener una base más aromática y hacer un roux con harina y un poco de pimentón. Añadiremos caldo y dejaremos que la salsa ligue y espese.
Es una salsa brava de sabor muy interesante, aromática y picante para la que te aconsejo un buen pimentón y que sea de La Vera, ya que tiene un toque ahumado y su sabor es más intenso que otras variedades de otras regiones.
Y tú, ¿con cuál te quedas?
Es muy probable que si te gustan las patatas, te gusten las patatas bravas de cualquiera de sus variedades, pero seguro que tienes tu versión preferida.
Si no has probado la versión con mayonesa y quieres preparar una buena veganesa sin huevo ni lácteos puedes ver en este enlace nuestra veganesa fácil.
Y si la que nos ha probado nunca ha sido la versión sin tomate y te encanta el pimentón como a nosotros te dejamos a continuación la receta de estas patatas bravas con salsa tradicional.
Receta de las patatas con salsa brava tradicional
Patatas con salsa brava auténtica
Course: AperitivoCuisine: Cocina españolaDifficulty: Baja4
personas5
minutes15
minutesIngredients
700 gr de patatas.
Aceite para freír.
Salsa brava auténtica:3 dientes de ajo.
1 cucharadita de pimentón picante.
1 cucharada de pimentón dulce.
2 cucharadas de harina de trigo (podrías usar de arroz o trigo sarraceno como versión sin gluten)
450 ml de caldo de verduras.
3 cucharadas de AOVE.
Sal al gusto.
Directions
- Pelar y trocear los ajos.
- Colocar las 3 cuchadas de aceite de oliva en una sartén o cacerola pequeña y esperar a que comiencen a coger color, pero sin tostarse.
- En ese momento incorporar el pimentón y remover a fuego bajo unos segundos. Acto seguido añadir la harina y cocinar unos minutos hasta que no huela a crudo.
- Incorporar el caldo caliente y trabajar la salsa unos minutos. Se volverá espesa pero muy suave y fina.
- Triturar la salsa y colocar de nuevo en la cacerola. Llevar a ebulición para que las burbujas de aire que puedan haber quedado al batir desaparezcan y la salsa quede más roja.
Reservar mientras se fríen las patatas. - Para ello sólo tienes que pelar y cortar en dados de 3 cm. Freír en abundante aceite, pero a baja temperatura (sobre 120˚C) así se confitarán y quedarán muy tiernas por dentro.
- Escurrir las patatas y volver a freír, pero con el aceite bien caliente para que queden super crujientes por fuera.
- Servir calientes acompañadas de la salsa brava.
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maria Teresa dice
Que es un roux??
Aove??
Nutrición Esencial dice
Hola María Teresa,
un roux es una mezcla de grasa (puede ser aceite o mantequilla) a la que se añade harina y se fríe. Lo que se hace para comenzar una bechamel, por ejemplo. La finalidad será la de espesar una salsa al incorporar un líquido y cocinarlo.
El AOVE es aceite de oliva virgen extra.
Un abrazo
maria Teresa dice
Me parecieron fáciles y se harán en poco tiempo!!
Especiales para acompañar con un vinito!!