Ayer llegué tarde a casa, después de estar dedicada a mi formación en psicología clínica. Estuvimos todo el día fuera, por lo que decidimos que lo mejor sería continuar desayunando y cenando batido verde, y hacer la comida a base de fruta. A pesar de que el día fue largo, lo llevamos bien, después de tantos días la sensación de hambre no se hace presente. Curiosamente, entré en un estado soporífero la última clase antes de comer, haciendo esfuerzos enorme por no dormirme, pero tras la comida, estuve fresca y concentrada. Claro, que al ser fruta, que es de rápida digestión, mis recursos energéticos no se dirigían al estómago exclusivamente.
Días 12 y 13 de limpieza
Hoy ya hemos estado en casa más tranquilos, y hemos empezado la transición, con una ensalada a mediodía. Nos ha sentado bien. Es importante hacer despacio la vuelta a la alimentación habitual, sin forzar a nuestro organismo a realizar grandes esfuerzos. Lo importante es escuchar al cuerpo. Realmente nosotros lo tenemos fácil, ya que la alimentación cruda es en sí hipotóxica y favorece la depuración del organismo.¿Entonces por qué hacer una depuración más?. El cuerpo no sólo se “ensucia” con la alimentación, sino también con sustancias procedentes del entorno (polución, químicos…), emociones negativas… Siempre se acumulan “desechos” que nos suponen un lastre en cierta medida.
Durante estos 13 días de depuración nos hemos sentido más tranquilos, conscientes de nuestro Ser. A nivel físico, hemos notado mejoría en la piel y el cabello, reducción de celulitis, no se han presentado molestias premestruales. Yo he bajado 5 kilos, Iván 3.
No hemos experimentado crisis de desintoxicación (dolores, mareos, molestias intestinales…), por lo cual ha sido una experiencia muy gratificante.
Agradecemos vuestro interés y apoyo demostrado estos días tan importantes para nosotros. Gracias.
Deja una respuesta