Un bebé en el útero materno saborea el líquido amniótico, teñido con el gusto de lo que la madre come desde las 12 semanas de gestación.
Cuando nace, si toma leche materna, también experimentará ligeras variaciones en el sabor de la leche debidas a la alimentación de su madre. Serán sabores que ya le resultan familiares desde la gestación.
En este proceso, a lo largo de todos estos meses, hay un continuo entre lo que el bebé vive de manera intrauterina y lo que encuentra en los brazos maternos.
Además de este continuo, el bebé solicita alimento cuando lo necesita, pueden pasar 30 minutos entre una toma y otra, o más de 2 horas. La toma puede ser larga o más corta para calmar su sed. Él no entiende de reloj, sólo escucha a su instinto. Igualmente, no puedes obligar a un bebé a tomar el pecho por mucho que tu quieras si él no lo necesita.
De pronto, cumple los 6 meses y se le tienen que empezar a introducir los alimentos sólidos… Este es un momento de transición importante, tanto para el bebé como para los padres. El pediatra te dice que le debes dar cierta cantidad de papilla o puré, que el bebé debe comer si o si.
En casa hemos optado por mantener la confianza en el instinto de Antu y dejar que sea él quien regule lo que come. Nosotros, como padres, somos responsables de lo que le ofrecemos, y le acompañamos en todo momento, pero él decide que come y que no.
Quizás te suene algo raro imaginar a un bebé regulando lo que come, pero créeme, son increíblemente sabios. Y lo demuestran si les dejas hacer.
Probando noodles de trigo sarraceno con 8 meses |
La alimentación autorregulada o baby led weaning consiste en ofrecer a los bebés la comida en trozos (o algo chafada) en lugar de purés o papillas. Esto permite que los padres ofrezcan al bebé los alimentos y él toma lo que necesita. Se escucha al niño, y se respetan sus ritmos. Igual que ha hecho hasta entonces con la lactancia, mamando lo que necesita hasta calmar su hambre.
Adaptar nuestra comida al bebé es fácil, y así sigue experimentando con los sabores ya conocidos de la comida familiar.
Aunque no tenga dientes, sus encías le permiten trocear alimentos blandos como puede ser verdura al vapor, fruta, legumbres, cereales… Al principio se le caerá casi toda la comida fuera de la boca, pues tarda unos días o semanas en aprender a tragar. Pero no pasa nada, su sustento principal aún es la leche (materna o fórmula). Con la comida de momento investiga, descubre, experimenta… poco a poco irá descubriendo que esa manzana le ayuda a satisfacer su hambre.
¿Y no se ahoga?. No. Los bebés vienen con una serie de reflejos que les garantizan la supervivencia, como la succión. Para alimentarse, cuenta con algunos mecanismos más, que se han perfeccionado a lo largo de la evolución: la arcada y la tos. La arcada se activa cuando un trozo de comida está acercándose donde no debería, y la tos ayuda a sacar un trozo que obstruye las vías aéreas. Siempre debes estar con tu hijo mientras come, pues en cualquier momento te puede necesitar.
Lo realmente importante, más allá de purés o trozos, es la actitud de los padres. Según mi punto de vista, debemos escuchar, ver lo que nuestro hijo nos dice, captar todas sus señales. La nutrición, al igual que la lactancia, es una relación. El padre/madre da, el bebé recibe, pero también da, y así recíprocamente. Todos se enriquecen mutuamente.
Se puede ser respetuoso con el niño tanto si le damos puré como si le damos un trozo de boniato. La cuestión es nuestra actitud, revisar nuestros temores y evitar caer en peleas, juegos, engaños, etc, para que el niño coma. Quizás ahora no tiene hambre, puede que tenga sueño, o le interese más cogerte un mechón de tu cabello. Quizás el tazón de puré que le preparaste es demasiado para su pequeño estómago.
En los siguientes posts, te iré explicando más sobre la alimentación autorregulada y cómo lo estamos haciendo nosotros, y muchos consejos prácticos para llevarlo a cabo. ¡No te los pierdas!.
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