¿Por qué hay quien se empeña en ver a la embarazada como a una enferma?. Parto de que para poder quedar embarazada, la mujer tiene que estar en salud, tanto a nivel físico como emocional.
Te sientes plena, feliz, sintiendo como tu bebé crece, como tu cuerpo cambia… sin que tengas que hacer nada al respecto. La naturaleza es tan sabia.
Sin embargo, solemos entrar en una carrera de obstáculos, en una maratón constante de pruebas y más pruebas. Y curiosamente, nunca pareces dar la nota suficiente: engordas mucho o muy poco, la tensión descompensada, diabética gestacional, eres muy joven o muy vieja!!!. Y cada vez te sientes más pequeña, más inadecuada, incapaz y quizás hasta enferma. Delegas tu maternidad en otros, en una bata blanca que te juzga constantemente.
No se que está despertando la maternidad en mi, pero todo esto me genera repelús. Yo soy sana, bella y perfecta. Me amo y a la vida que crece en mi. Quizás me esté volviendo algo salvaje, me siento ir contracorriente… pero es lo que me pide el cuerpo.
Mi médico de cabecera se ha portado de manera muy respetuosa, facilitándome bastante las cosas. No me he sentido juzgada por ella en ningún momento. Me ha dejado elegir un suplemento de Yodo, ácido fólico y B12 vegano que me receta tranquilamente, y no ha cuestionado mi alimentación.
El ginecólogo que me está acompañando lo he elegido yo, fuera de la sanidad pública. Las consultas son una delicia, hablamos sobre nuestros miedos, dudas, ilusiones. Todo con un clima de confianza y aceptación.
Hace tiempo decidimos ir a la matrona de la Seguridad Social y la experiencia no fue tan idílica. Todo iba bien hasta que le comenté que era vegetariana. “¿Pero lácteos y mejillones si tomaras, no?. ¡¡Porque el calcio y el hierro de donde lo vas a sacar!!”. Ante mi negativa, la matrona quedó estupefacta y comenzó un pequeño asedio. Hablándonos de la responsabilidad como padres, de no imponer a nuestro hijo nuestra alimentación…Tenía la analítica delante de ella, todo estaba bien, pero la señora seguía guerrera. El peso y todo bien, pero salí tan triste de allí, que decidí no volver a poner un pie en esa consulta.
Lección que he aprendido: si puedes omitir en tu visita médica que eres vegetariana, mejor que mejor.
En mi embarazo me he vuelto una hedonista. Si, sólo me acerco a quien me da buenas vibras, trato de hacer lo que me gusta, con lo que disfruto. Y soy feliz.
Hemos comenzado la preparación al parto con otra matrona, que recomienda proteínas vegetales y evitar lácteos, una alimentación sana. ¡Qué gusto!. Concibe a la mujer como poderosa y el parto como experiencia mística. La vida es maravillosa, cuando una puerta se cierra, una ventana se abre.
![]() |
Mi panza creciendo… |
Y sigo fiel a mi misma. Ser madre es una constante toma de decisiones, y a veces decidir no es fácil. Lo importante es crear un entorno que esté a favor del amor, de la salud y del respeto.
Me encanta tomar las riendas, decidir que quiero y que no. Informarme y seguir andando.
Sólo hay que respirar y confiar. Lo demás viene solo.