En este post os quiero hablar sobre la toxoplasmosis. Hay aún cierto recelo hacia los gatos, ya que durante mucho tiempo se les ha condenado al abandono, promovido en parte por muchos profesionales desinformados.

Nuestra gata Lluvia

Nuestras gatas son parte de nuestra familia y al adoptarlas asumimos las responsabilidades que conllevaba, siempre quisimos tener hijos y teníamos claro que no iba a ser un impedimento cuando llegara el momento, sino que pensamos que nuestros hijos serán afortunados de crecer junto a seres tan amorosos y que están ahí incondicionalmente.

Y nuestra querida Flora

¿Qué es la toxoplasmosis?.

La toxoplasmosis es una enfermedad causada por el parásito unicelular Toxoplasma Gondii. Esta enfermedad, cuyos síntomas en humanos suelen ser similares a un resfriado (fiebre, dolor de cabeza,dolor de garganta…) no presenta complicaciones, y a menudo ni te percatas de que la has contraído. El tema con las mujeres embarazadas en más complejo, ya que puede afectar al feto causándole ceguera o déficit intelectual (los efectos son más graves si se contrae en los primeros meses de gestación).
Aclarar que sólo existe riesgo para las mujeres embarazadas cuando no han estado antes en contacto con el parásito, si ya te has inmunizado previamente no hay riesgo.

La toxoplasmosis se contagia a humanos a partir del consumo de carnes contaminadas mal cocinadas, vegetales o verduras que no se han lavado bien, por realizar labores de jardinería /huerto y no lavarse las manos después (ya que en la tierra puede haber excrementos contaminados).

Si tu gato ha estado en contacto con el Toxoplasma Gondii, lo eliminará en sus heces solamente durante un par de semanas en toda su vida. Es decir, que el período de posible contagio a humanos es muy breve. Y es el contacto con las heces del gato lo que lo podría transmitir a humanos, aunque es bastante complicado manteniendo unas pautas básicas de higiene: lavado de manos posterior, limpieza diaria de los excrementos (limpiar el arenero cada 24 horas máximo)… No creo que sea del gusto de nadie comerse una caca gatuna… Por lo tanto, la incidencia es muy baja.

En mi caso, al hacerme los análisis rutinarios del embarazo me salió negativo, no me he contagiado de toxoplasmosis, por lo cual hasta que nazca mi bebé no puedo limpiar los areneros de las gatas, pero ya está. Las acaricio, duermen en nuestra cama, las peino y juego con ellas.
Como nuestras gatas están en casa y no salen a la calle, no hay riesgo de que se contagien de toxoplasma (al cazar algún pájaro, ratón o similar), tampoco les damos carne, sólo comen su pienso seco. Si tu gato está en semilibertad, si hay riesgo de contagio, por lo cual deberías plantearte durante tu embarazo evitar que salga al jardín. También puedes hacerle unos análisis en el veterinario para comprobar si ha estado en contacto con el parásito, si te quedas más tranquilo. Pero en ningún caso es necesario deshacerte de tu gato.
Cuando estoy con gatos de amigos que están en semilibertad no los acaricio por si acaso. Además de esto, tenemos mucho cuidado con las verduras, lavándolas bien con vinagre si las tomamos crudas.
Espero que esta información quite miedos, y dejen de oírse frases como: “¿Y el gato ahora qué?”.

Os añado el enlace de la historia maravillosa de embarazo de una chica que convive con 7 gatos, y que me encanta:

http://animalessinhogar.naturalforum.net/t38693-fantastico-articulo-sobre-embarazo-ninos-y-gatos

¿Por qué hay quien se empeña en ver a la embarazada como a una enferma?. Parto de que para poder quedar embarazada, la mujer tiene que estar en salud, tanto a nivel físico como emocional.

Te sientes plena, feliz, sintiendo como tu bebé crece, como tu cuerpo cambia… sin que tengas que hacer nada al respecto. La naturaleza es tan sabia.

Sin embargo, solemos entrar en una carrera de obstáculos, en una maratón constante de pruebas y más pruebas. Y curiosamente, nunca pareces dar la nota suficiente: engordas mucho o muy poco, la tensión descompensada, diabética gestacional, eres muy joven o muy vieja!!!. Y cada vez te sientes más pequeña, más inadecuada, incapaz y quizás hasta enferma. Delegas tu maternidad en otros, en una bata blanca que te juzga constantemente.

No se que está despertando la maternidad en mi, pero todo esto me genera repelús. Yo soy sana, bella y perfecta. Me amo y a la vida que crece en mi. Quizás me esté volviendo algo salvaje, me siento ir contracorriente… pero es lo que me pide el cuerpo.

Mi médico de cabecera se ha portado de manera muy respetuosa, facilitándome bastante las cosas. No me he sentido juzgada por ella en ningún momento. Me ha dejado elegir un suplemento de Yodo, ácido fólico y B12 vegano que me receta tranquilamente, y no ha cuestionado mi alimentación.
El ginecólogo que me está acompañando lo he elegido yo, fuera de la sanidad pública. Las consultas son una delicia, hablamos sobre nuestros miedos, dudas, ilusiones. Todo con un clima de confianza y aceptación.
Hace tiempo decidimos ir a la matrona de la Seguridad Social y la experiencia no fue tan idílica. Todo iba bien hasta que le comenté que era vegetariana. “¿Pero lácteos y mejillones si tomaras, no?. ¡¡Porque el calcio y el hierro de donde lo vas a sacar!!”. Ante mi negativa, la matrona quedó estupefacta y comenzó un pequeño asedio. Hablándonos de la responsabilidad como padres, de no imponer a nuestro hijo nuestra alimentación…Tenía la analítica delante de ella, todo estaba bien, pero la señora seguía guerrera. El peso y todo bien, pero salí tan triste de allí, que decidí no volver a poner un pie en esa consulta.
Lección que he aprendido: si puedes omitir en tu visita médica que eres vegetariana, mejor que mejor.

En mi embarazo me he vuelto una hedonista. Si, sólo me acerco a quien me da buenas vibras, trato de hacer lo que me gusta, con lo que disfruto. Y soy feliz.

Hemos comenzado la preparación al parto con otra matrona, que recomienda proteínas vegetales y evitar lácteos, una alimentación sana. ¡Qué gusto!. Concibe a la mujer como poderosa y el parto como experiencia mística. La vida es maravillosa, cuando una puerta se cierra, una ventana se abre.

Mi panza creciendo…

Y sigo fiel a mi misma. Ser madre es una constante toma de decisiones, y a veces decidir no es fácil. Lo importante es crear un entorno que esté a favor del amor, de la salud y del respeto.
Me encanta tomar las riendas, decidir que quiero y que no. Informarme y seguir andando.
Sólo hay que respirar y confiar. Lo demás viene solo.