¡Buenos días!. Feliz inicio de semana. Vengo con las pilas cargadas después de un fin de semana mágico. Aprovechando que se celebraba Biocultura en Madrid, hemos organizado un encuentro muy especial. Desde hace tiempo nos une una relación de amistad a varias blogueras vegetarianas, y hemos dado el salto de la pantalla a la realidad.
No pudimos contar con la compañía de Alba (Mi vida con un vegano), pero la tuvimos presente constantemente. Si virtualmente ya son geniales, en persona son aún más entrañables si cabe. Seguramente ya conozcas sus blogs, pero si no es así, ¡corre a leerlos!.
Ha sido un fin de semana tan dulce, que hoy pegaba una receta como esta. Se trata de una tarta de algarroba y boniato. Hace unas semanas a Iván le encargaron una tarta para una bebita que cumplía su primer año, y su tía quería un dulce sano que pudiera disfrutar la pequeña.
El resultado es esta tarta. En lugar de cacao lleva algarroba que no es estimulante. No lleva azúcar, sino sirope de ágave. La cobertura está hecha con boniato que le da un dulzor muy interesante. Quedó deliciosa.
A la cumpleañerita le gustó mucho su tarta y al resto de la familia también.
Quizás te plantees si es conveniente darte dulce o postres a los niños y bebés. En casa somos de la opinión de no prohibir (sólo excluímos lo que no es vegano, claro), y más si es algo que nosotros comemos. ¿Qué le transmitimos a nuestro hijo si nos ve comer bizcocho y a él se lo negamos?. Seguramente cuando crezca tendrá ansia por comer eso precisamente. Así, lo que hacemos es preparar dulces caseros, lo más sanos posibles y de manera esporádica. No por rutina. Los comemos en familia, y disfrutamos el momento. Obviamente no me refiero a darle dulces a un bebé de 7 meses… nosotros esperamos al añito.
Si quieres darle algo dulce a tu hijo prueba a ofrecerle compota de frutas naturales hecha por ti, pasas y fruta fresca. ¡Sencillo, sano y les encanta!.
Vamos a ver como se hace esta receta…
Ingredientes:
Para el bizcocho de algarroba:
– 1 + 1/4 Taza de harina.
– 1/3 Taza de algarroba en polvo.
– 1/2 Taza de sirope de ágave (o melaza de arroz).
– 1/2 Taza de bebida vegetal.
– 1/3 Taza de aceite de girasol (o de coco).
– 1 pizca de sal.
– 1 Cucharada de levadura Royal (o polvo de hornear).
– 1 Cucharada de vinagre de manzana.
Para la crema de boniato:
– 175 gr de boniato cocido al vapor.
– 100 gr aceite de coco de primera presión en frío y ecológico.
– 2 Cucharadas de sirope de ágave.
– 1/2 Taza de bebida vegetal.
– 2 cucharaditas rasas de agar agar.
– 1 cucharadita de esencia de vainilla.
Elaboración:
El bizcocho:
Precalentamos el horno a 200ºC.
Tamizamos la harina y la algarroba para que no queden grumos y el pastel quede más esponjoso. Incorporamos al bol los demás ingredientes secos y lo mezclamos muy bien. Después añadimos los ingredientes líquidos, mejor si la leche vegetal está tibia. Mezclamos con una varilla, si puede ser eléctrica, mejor.
Preparamos un molde de horno, y lo pincelamos con aceite de coco. Introducimos la masa en el molde y lo llevamos al horno a media altura.
Bajamos la temperatura a 180ºC y dejamos solo el calor abajo para que no se seque por arriba y no se resquebraje la superficie.
Hornear 30 minutos o hasta que veamos que a pinchar el bizcocho, el palillo sale seco y limpio.
La crema:
Pelamos los boniatos y los cortamos en trozos, los cocemos al vapor durante 15 minutos hasta que veamos que están tiernos. Los hacemos puré cuando están calientes (porque es más fácil) y reservamos.
Si hace frío y el aceite de coco está sólido, lo ponemos al baño maría para que se funda.
Ponemos en la batidora el aceite de coco, el boniato, el sirope de ágave y la esencia de vainilla, y trituramos hasta tener una crema muy fina.
Por otro lado, ponemos en un cazo la leche vegetal y cuando hierva, añadimos el agar agar, dejamos cocinar durante 3 minutos y echamos el contenido de la batidora. Lo mezclamos muy bien y dejamos que vuelva a hervir. Apartamos del fuego y dejamos que se enfríe.
Una vez que está fría la crema, veremos que se ha espesado bastante, podemos batirla con una varilla para que quede más cremosa.
Nota:
Añadirle agar agar es opcional, el alga nos aportará mucha más consistencia, yo se la añado porque así se puede incluso decorar la tarta con una manga pastelera, cosa que sería imposible si no tuviera el agar. Si decidimos no echársela, el resultado será una crema muy suave que tendremos que dejar reposar más tiempo en la nevera, así ganará cuerpo.
Finalmente, una vez que el bizcocho está totalmente frío (mejor si lo hemos tenido una hora en la nevera), lo cortamos por la mitad con un cuchillo de sierra separando dos capas. Cubrimos la capa inferior con parte de la crema, lo tapamos con la otra mitad y cubrimos de nuevo toda la tarta con el resto de crema de boniato.
Podemos reservar una parte de crema para decorarlo. Si queremos un poco más de contraste, a esta parte podemos añadirle unas cucharadas de algarroba en polvo (tamizada para que se integre mejor) y decorarlo con manga pastelera.
Dejar reposar la tarta en la nevera unas horas antes de servir.
Cuéntame, ¿te ha gustado esta receta?. Nos encantaría saber tu opinión 🙂
Nos encanta escucharte. ¡Los comentarios son bienvenidos!.