Este fin de semana hemos estado en el tercer festival crudo en la Cascada, Ojén. Tras un viaje de 700 kilómetros, llegamos a la casa de Balta.
Una vez alli, desconectas de todo lo exterior y te centras en sentir. Hemos realizado actividades como yoga, bioenergética, danzas, charlas sobre varios temas, todo muy interesante. Ha resultado ser una experiencia transformadora.
Lo mejor: las personas que hemos conocido, maravillosas y con muchas se ha creado una conexión especial.
Los cocineros trabajaron mucho para preparar unas deliciosas comidas crudas, realizadas con mucho amor.¡Gracias!